Después de indagar foros, preguntar y demás hemos llegado a la siguiente conclusión:
Una pareja surge gracias a dos individuos bien definidos que ponen en común sus intereses y aficiones (tendrán una parte común o afín y otra no común y diferente entre ellos que le da esa aportación especial a la pareja), se enamoran, se estabilizan y tienen hijos.
Es entonces cuando dejan de ser individuos y se convierten en familia, me explico, dejan incluso de tener nombre propio y son “el papá de…” “la mama de …” adquieren un papel de padre/madre, profesor/a… dejando aparte su ser individual , sexuado, una persona admirada y deseada sexualmente por la pareja para convertirse en la persona que me echa una mano con los niños, la casa, te toca la compra a ti y a mí el médico…
Cuando se tienen hijos ya sólo por la experiencia de olvidarse de uno mismo y centrarse en otro en cuerpo y alma hace que al cabo de un tiempo se descubra que ya uno no es el mismo, ha cambiado de mentalidad, se da cuenta de lo que hicieron sus padres por él y este cambio de visión provoca profundos cambios a nivel de su personalidad, maduran y cambian los dos miembros de la pareja (que al ser diferentes lo harán en diferente grado e intensidad, no existen dos personas idénticas ).
La pareja cuando se tiene hijos está basada en la personalidad de dos personas y sobre ellas se ha impuesto en cierta forma las normas de convivencia, de tal forma que entre éstas dos personas se han adquirido hábitos del otro que no se tenían y otros se han desechado, esta unión es rígida, realmente es una cooperación fijada de dos personas….
…Y VIENE LA CRISIS… aparece el factor de la necesidad de ser individual para aceptar, absorber y transformar todas las experiencias adquiridas y fundirlas con la personalidad (una segunda adolescencia) y es aquí cuando nuestro yo individual se tambalea, no es seguro y se encuentra encerrado en todas las normas de pareja (rutinas, explicaciones…) el trabajo, los niños, la casa… no permiten al individuo su momento aislado para transformarse, para pensar, para volver a decidir lo que le gusta o no le gusta (los gustos han cambiado), para alimentar el ego propio (necesario) y el único momento que pueda tener hay que compartirlo. (A todo esto se le puede añadir todo tipo de problemas generados por el trabajo, economía, familia… y un sinfín de pequeños problemas que juntos constituyen un todo).
Es en éste momento cuando aparece un/a “otr@” que mira a la persona en cuestión como ser individual, como persona sexuada y hace que ésta pueda verse con esos ojos y se sienta bien, lo que necesita en éste momento, su individualidad que incluso hará que pruebe con ésta nueva persona acciones que se habían anulado antes en la pareja por mutuo acuerdo porque cuando empezaron a ser pareja o no gustaban o no eran de recibo. Y como el ser humano aprende a llevar su vida con premios y castigos, su mente se encuentra bien con ésta persona (premio) y cada vez siente más la diferencia y la atadura de su familia (castigo).
…CONCLUSION… Creo que lo que está establecido en una pareja no es del todo cierto, la pareja comparte, se mira en los ojos, planean su futuro… pero considero que cada cierto tiempo (en éste caso con niños pequeños) la pareja necesita un tiempo de despego, de vivir cada uno en su mundo (psicológicamente me refiero), de volverse a reencontrar con uno mismo, adoptar la nueva personalidad cambiada por un cúmulo de experiencias y volver a conocer a su pareja (también cambiada) y con las personalidades afianzadas volverlas a poner en común cambiando y ajustando de nuevo las reglas de convivencias.
…LOS PROBLEMAS…que he dejado en segundo plano que serian prácticamente los que definieran la vuelta de la pareja o no, serian:
• daños ocasionados en el transcurso de toda esta crisis, que apareciera el tercero y se llevase una doble vida con el consabido sufrimiento y humillación de la otra parte;
• el nivel y capacidad de la pareja a aceptar la existencia de la crisis y dar la libertad necesaria para el desarrollo del individuo que marcará su funcionamiento posterior
• el nivel de dependencia de una parte de la pareja sobre la otra
• una gran diferencia entre ellos en el crecimiento interior y personal del individuo
• los problemas pasados de la pareja y la capacidad que tenga ésta de perdonar y olvidar (y la superación de todos aquellos problemas tan variados y originales que da la vida).
Por: PEDRO FERNÁNDEZ RUÍZ Y ANA ISABEL MEZQUITA DUQUE
(blancoynegro)

Mostrando entradas con la etiqueta Debates. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Debates. Mostrar todas las entradas
jueves, 9 de septiembre de 2010
jueves, 2 de septiembre de 2010
LAS CRISIS DE LA PAREJA
Propongo un tema de reflexión, algo que todo el mundo sufre, intuye o sospecha en mayor o menor medida y del que nadie habla, no sé si porque pueda estar la religión detrás de ello y se les olvidó mencionarlo, si es que antes la media de vida era de 40 años, si con una vuelta a empezar se arregla todas las dudas… en fin que el tema en cuestión es… ¿y después de los hijos (pequeños aún) nos sigue llenando el comer las perdices o es posible que sea una etapa nueva y diferente en una pareja?.
Está cada vez mas comprobado que cuando una pareja tiene hijos aún pequeños prácticamente el siguiente paso es el divorcio, o existe un tercero… o...en definitiva se buscan nuevas emociones (siempre y cuando uno de ellos no decida sacrificar su vida en pos a un ideal). El tema del tercero voy a descartarlo, porque considero que aparece por una fisura en la pareja y no al revés, en este caso me interesa indagar en esa fisura.
Unas parejas alargan el noviazgo, casamiento e hijos y con un poco de suerte se encuentran en esta etapa más calmados (digamos que a esperar el nido vacío), en otras aparece la crisis, aprovechan un tercero para llenar el hueco y se vuelven a enamorar, casar, a tener hijos… y una de dos: o volvemos al principio (más duro por ser la segunda vez) o aguantamos (esperar el nido vacío)…
El enamoramiento no se puede evitar y te hierve la sangre, todo el mundo lo conoce, lo ha sentido o lo sentirá, se han escrito libros sobre él, canciones y demás; después ese amor tan descrito diferente a todas las personas y a la vez tan común a todas, (también con sus libros y canciones); luego la paternidad: el impulso natural de querer tener hijos, algo que a nadie se le puede reprochar, tan natural como la vida misma, apasionante, libros, canciones, guías… y luego… ¿nido vacío…?... Lo que sí está claro es que lo que viene luego se siente, se vive con intensidad, se necesita, es natural y aún así no existe en libros, se cantan canciones con sus amarguras…. pero no se sabe que pasa, que se busca, ¿una segunda adolescencia? ¿Crecimiento interior tal vez? ¿Un tiempo de reconstrucción? ¿De trabajo tal vez….? ¿De empezar de nuevo quizás…? ¿O se podría crear algo nuevo…?
Propongo un tema de reflexión para que entre todos podamos encontrar las emociones y sentimientos que en esta época de la pareja hace tanta falta, y que seguro será diferente para todos en particular, pero que en general nos afecta a todos.
¿Qué es lo que se busca en esa época? ¿Qué sentimientos la mueven? ¿Qué puntos en común podríamos encontrar en esa época por la que todos pasamos?.
Con vuestro punto de vista es posible no solo llenar el hueco, sino que podemos crear algo nuevo con el corazón que nos ayude a vivir mejor la vida.
Por: PEDRO FERNÁNDEZ RUÍZ Y ANA ISABEL MEZQUITA DUQUE (blancoynegro)
Está cada vez mas comprobado que cuando una pareja tiene hijos aún pequeños prácticamente el siguiente paso es el divorcio, o existe un tercero… o...en definitiva se buscan nuevas emociones (siempre y cuando uno de ellos no decida sacrificar su vida en pos a un ideal). El tema del tercero voy a descartarlo, porque considero que aparece por una fisura en la pareja y no al revés, en este caso me interesa indagar en esa fisura.
Unas parejas alargan el noviazgo, casamiento e hijos y con un poco de suerte se encuentran en esta etapa más calmados (digamos que a esperar el nido vacío), en otras aparece la crisis, aprovechan un tercero para llenar el hueco y se vuelven a enamorar, casar, a tener hijos… y una de dos: o volvemos al principio (más duro por ser la segunda vez) o aguantamos (esperar el nido vacío)…
El enamoramiento no se puede evitar y te hierve la sangre, todo el mundo lo conoce, lo ha sentido o lo sentirá, se han escrito libros sobre él, canciones y demás; después ese amor tan descrito diferente a todas las personas y a la vez tan común a todas, (también con sus libros y canciones); luego la paternidad: el impulso natural de querer tener hijos, algo que a nadie se le puede reprochar, tan natural como la vida misma, apasionante, libros, canciones, guías… y luego… ¿nido vacío…?... Lo que sí está claro es que lo que viene luego se siente, se vive con intensidad, se necesita, es natural y aún así no existe en libros, se cantan canciones con sus amarguras…. pero no se sabe que pasa, que se busca, ¿una segunda adolescencia? ¿Crecimiento interior tal vez? ¿Un tiempo de reconstrucción? ¿De trabajo tal vez….? ¿De empezar de nuevo quizás…? ¿O se podría crear algo nuevo…?
Propongo un tema de reflexión para que entre todos podamos encontrar las emociones y sentimientos que en esta época de la pareja hace tanta falta, y que seguro será diferente para todos en particular, pero que en general nos afecta a todos.
¿Qué es lo que se busca en esa época? ¿Qué sentimientos la mueven? ¿Qué puntos en común podríamos encontrar en esa época por la que todos pasamos?.
Con vuestro punto de vista es posible no solo llenar el hueco, sino que podemos crear algo nuevo con el corazón que nos ayude a vivir mejor la vida.
Por: PEDRO FERNÁNDEZ RUÍZ Y ANA ISABEL MEZQUITA DUQUE (blancoynegro)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)